Antes de ir por primera vez a los Estados Unidos pensaba que todos eran una panda de capullos, egocéntricos y con sobrepeso, Hollywood les ha hecho un flaco favor…
Voy ya por la tercera visita y me hizo falta sólo una para darme cuenta de que me equivocaba, desde el primer taxista con el que me topé hasta los directores de las empresas con los que me entrevisté. Tienen sus particularidades (¿alguien entiende por qué les apasiona el beisbol?), pero están muy alejados del tópico de gente armada hasta los dientes y con aires de superioridad.
Vale, son un poco horterillas, pero también es verdad que sienten más intensamente todo, o se implican más. Como muestra esta foto que tomé de una tienda del aeropuerto de Chicago, ahí vendiendo camisetas y muñequitos como si fuesen Barbies y Kens entre cojines para el cuello y revistas. No pude evitar pensar en cómo serían las camisetas y muñequitos de Rajoy y ZP y quién se atrevería a llevarlas puestas.
Pues sí, esos que vemos como retrógrados y caciques del mundo, han elegido a un tipo negro, de familia humilde y padres divorciados, con no sé cuantos hermanastros y descendiente de primera generación de kenianos.
Y a mí me parece estupendo. No por la política que vaya a hacer, de eso no tengo ni idea, sino por el planteamiento de que todo es posible. Quizá se convierta en un mal presidente aunque el listón que hereda está muy bajo, lo importante es que esos que creíamos peores que nosotros han dado una lección al resto del mundo. Cuando pienso que nosotros todavía estamos discutiendo sobre leyes de paridad hombres-mujeres me doy cuenta que estamos en pañales en el camino hacia la igualdad de las personas.